Edificio

Hay entradas. El argumento va entrando. Se centra en que hay un teniente muy caro que creo que va por ahí, muy candente, muy caliente. Todavía no hay responsabilidad y yo creo que Florinda tiene que esperar.

El show del increíble bluff

Cuando estábamos bajo tierra todo era una amenaza. Un móvil y una linterna. Pero nada. Quédate y deja que hable como un idiota. He leído al portador y es cosa de energía. Creo que no me queda más calor.

Desaparece cuando no lo necesito

Tiene pinta de ser una esterilla. Yo ya he acabado la carne.

No me rindo, me he engañado

Hay que hacer lo que dice el maestro. Encontrar el antídoto y meterse con un miembro del equipo A, o B, o cualquier otra cosa que les insulte. Las arpías han vuelto a nuestro territorio, para volver a ser jóvenes trabajando en equipo. Pollo busca algo consistente. Medio animal, medio humano. Habla el perro: Voy a oler, día libre. Hay un remedio para los conjuradores con doble naturaleza. Ojos raros. Parecidos, tal vez, a los de un gato. Voy a lanzarle un conjuro de amor a una arpía. Por el antídoto, la curación o la mordedura.

Ladrón con código

Hace tanto que no robo que por amor al arte publico mis andanzas. Florinda Chico es mujer de un solo hombre, sin hijos y feliz de profundizar en el verano de sus días. Tengo un manual para fabricar una noche a las diez. Desnatando el interior de los bajos, con varices eficaces implicadas en cualquier cambio mundial. Comer sin comer nada. Mis invitados, los mismos que trae Florinda a nuestra casa, son una tortura. Me ayudan a sacar lo mejor de mí. No evitan problemas ni ofrecen un nivel de protección constante. Y desde luego, no me ayudan a mantener fresco el inodoro.

Mantecado

Me indigna la televisión como servicio. Ella lo niega todo, habiendo limpiado de todo durante toda la noche. Ya no hay ni gestoras antiguas. El pelapatatas obstruido, sin trabajar. Agarrada al aceite, Florinda Chico tiene un rato al aire libre. En otro detergente y otro pueblo. Hay que fregar la comida sucia. Muy buena, muy fresca. Es fiesta.

Las galletas han hablado

La ruina en el almuerzo. No hay nada que temer.